Fuego.

Sé de antemano que es un camino peligroso.
Sé que posiblemente tenga las de perder con mi enorme inexperiencia.
Sé que si juegas con fuego te quemas.

Pero quema más el tacto de sus grandes manos.
Se incendia mi alma cuando me mira fijamente.
Me queman los labios, me quema el cuerpo entero y sólo quiero sentirte. Calmarlo.

Todo en él es fuego.
Pasión pura como no había visto nunca antes en otra persona.

Quiero que me quemes toda.

Just ride.

Creo que te escribo ya por mera costumbre.
Ya no te siento. Te he dejado de sentir.
Me aterraba la idea de eso, de alguna manera tú me anclabas. Hablar contigo me recordaba a lo que solíamos ser. A la persona que era.
Ahora estoy aquí, en medio de un montón de gente que no conozco y con la que no encajo bien.
¿Sabes porque te quise tanto? Por que fuiste como un hogar. Por que me diste esa calidez que necesitaba.  Por que tu sonrisa era adorable. ¿Nunca notaste cuando mi cara se iluminaba al mirarte? Por que eras el sol que tenía en ese entonces.
Me aterraba la idea de que me olvidaras, te olvidarte yo. Sentía que falso hogar se derrumbaba, como si los cimientos se me escapaban de entre los dedos.

Ahora me doy cuenta que estoy sola.
Que estado desde hace mucho tiempo sola y no me había dado cuenta. O no lo queria aceptar.
He estado sola y voy bien, he estado sin ti y aún duele al respirar un poco, pero es como un susurro.

Ya quiero que te marches de una vez por todas.
Voy a estar bien.
Sé que voy a estar bien.

De nuevo.

Y ahí estaba él, tocándome la espalda con sus dedos.
Sobra decir que fue electrizante. Que sentí la chispa fluir otra vez.
Que apenas podía concentrarme en las palabras de la persona que hablaba.

Que ahí viene el sentimiento de nuevo.
Pero el escenario, el actor ha cambiado.

Tal vez.

Mi fantasma.

Me descubro buscándote entre la gente.
Entre las calles, en los edificios.
En los lugares que nunca visitamos y probablemente no lo hagamos ya.

Entre las canciones del chico del saxofón de la Madero, entre las parejas que pasean junto a mí.
Entre mis libros, entre mis notas. Entre mi perfume favorito, que era el tuyo también.

Entre mis fotos, entre mi almuerzo diario.
Sigo buscando a ver si de casualidad te encuentro en la silla vacía de mi comedor, riendo jovialmente.

Por que carajo, te quiero. Pero te detesto un poco por no haberme dado valor,
por no haber luchado un poco.
Y ya no quiero, es cansado comparar a las demás personas contigo. Y lo que dirías tú en ciertas situaciones.
Eres como un fantasma, una sombra a la que me acostumbre tener y ya no sé cómo sacar.

¿Cómo se olvida a alguien? Es que la fuerza de voluntad no la suelen vender en las tiendas como zapatos.
Amo la forma en que me haces reír pero también odio la forma en que me dueles cuando no estás.Que es la mayoría de veces, en realidad.

Me cansé ya de a veces tener muchísimas ganas de llorar al pensarte,
de esperar una llamada, un mensaje,
quiero ser yo otra vez.

Ser yo y no tú, ser yo y que dejes de vivir en mí, ser yo y dejar que seas tú quién maneje todo.

La facilidad...

... con la que haces añicos mi corazón.
Es increíble.

Y aquí estoy yo, dedicándote mis líneas. No puedo llorar, y es peor. Se siente como si alguien te presionara el pecho. Y quieres huir, escapar de ahí.

No sé si hubiese preferido no conocerte. No lo sé.

Me hubiese gustado ser yo la que cambiara tu vida.
Me hubiese gustado que fueras tú el que se quedará después del café.

Pero no pasó ni una cosa ni la otra.

Y mientras, sigues tú en alguna parte de esta gran ciudad.

Otoño ya es...

... y aún no regresas.

Se está enfriando mi café.

Y se nos vacían las tazas de besos, de amor. De historias, de risas. De atardeceres y caídas de hojas. De sueños juntos, de nubes en el cielo. De estrellas, nebulosas y galaxias lejanas. De viajes a Júpiter y a Saturno. De citas de libros, de las calles de la ciudad.
Se nos acaba.
Apenas lo tocamos.

Y el infinito, sí, ya nos está alcanzando.
Por que la mejor manera de no olvidar a alguien es plasmándolo.

Y tú ya estás en mis libros, en mis notas. En mis fotografías, en mí.

It´s you, It´s you, It´s ALL for you. Everything I do!

Desde mi ventana veo un montón de edificios.

Estoy en la gran ciudad y me siento triste.
No sé muy bien porqué.

Siento como si mis raíces con los lugares fueran espóradicos.

También me asusta a veces no saber cómo relacionarme.
¿Alguien sabe dónde venden pastillas para entablar conversaciones? Necesito 2 cajas.

Oh, y la temporada de éxamenes. Mis primeros exámenes en la Universidad.

Entre todas esas cosas.

Yo sólo quiero que ames.

A un libro, a un árbol. A un lugar, a un diálogo.
A una tarde, o una mañana.
A tu profesión, a una vieja historia.
Sólo que ames.

Porque ahí voy a estar yo.

Random.

Eras tú. Conozco tu forma de hablar, de expresarte. Tus gestos, tus muletillas.
Si sí, el que hablaba eras tú. Pero en persona no.
En persona era el chico del que aún desconozco el nombre.

[...]

Ojalá no me prometieras tantas cosas por que después cuando piense o vea eso, irremediablemente me voy a acordar de ti. Creo que el hecho de asociarte en alguna cosa especifica con ésa persona es una manera de prevalecer, porque él sabe perfectamente que algún día ya no va a estar aquí, conmigo, pero mi memoria lo recordará cuando en el futuro cuando vea un gato, o una estrella, o esa cosa especial.

[...]

Citizen tiene una bonita sonrisa. Una adorable sonrisa.

[...]

Hoy hice el PEOR examen que jamás habia hecho. Me doy pena.

[...]

Beirut, oh qué delicia.

Comienzo.

No es como que te falta alguna parte del cuerpo.
No es como que dejaste atrás, en tu pequeña ciudad, a tu gran amor.
No es como un cambio malo.
No es como que te alejas de lo que más amas para ir tras una aventura sin sentido. Que si me preguntas, quizá lo haría alguna vez.

No. Aunque claro que se extraña lo conocido, el ambiente familiar, sí. Se extrañan a los amigos y sus risa contagiosas, los gestos que hacen, con los que aprendes a leerlos cual libro.
Se extraña ése café con dulce olor, las tardes soleadas, las puestas de sol que veías en tu habitación. Por que ahora mi nueva ventana da a la parte trasera de un edificio.
Extraño todo eso y más, el olor de la cocina, del jardín de la casa, mis libros acomodados en el gran librero, mi sillón favorito.

Pero la fe nos mueve en muchas direcciones. Y yo con eso tengo ahora.